Es una terapia no invasiva, suave y profunda, que nos invita y acerca a la conexión y al encuentro con nuestra esencia verdadera. En ella, la vida y la salud se expresan en un constante movimiento.
¿Cuáles son los orígenes?
El Dr. William Garner Sutherland (1873-1954); osteópata norteamericano y discípulo del Dr. Andrew Still (fundador de la osteopatía), descubrió que había un movimiento a nivel de los huesos del cráneo y comprobó que el movimiento de las suturas craneales estaba relacionado con el líquido cefalorraquídeo. Dicha fluctuación longitudinal movilizaba las partes densas del cráneo y del sacro. Este movimiento fue acuñado como Movimiento Respiratorio Primario.
(MRP)es un movimiento rítmico, sutil y estable que se puede percibir en todo el cuerpo con unas manos sensibles y entrenadas, y creyó que era una expresión de la “Inteligencia” de la vida misma, una fuerza de vida clave para un funcionamiento adecuado del cuerpo.
Todas las partes de nuestro cuerpo (órganos, músculos, huesos, tejidos y fluidos) tienen su propio movimiento como una expresión de la fuerza de vida y es a través de este movimiento que los diferentes sistemas corporales se organizan y se comunican entre sí.
La terapia Biodinámica Craneosacral tiene un enfoque integral de la persona y una interconexión entre cuerpo, mente y espíritu.
La intención primordial del trabajo en esta terapia es la liberación de restricciones, resistencias y bloqueos en cualquier lugar del cuerpo, para dejar que el aliento de vida se exprese libremente, sin obstáculos. Permitiendo que procesos inteligentes e innatos en el organismo surjan y logren un auténtico cambio. Estos cambios serán fisiológicos, psicológicos, energéticos, emocionales y espirituales.
Las prioridades del organismo son escuchadas a través de las manos del terapeuta, que establece una comunicación con el organismo y puede percibir las huellas de las experiencias de vida que se reflejan en el cuerpo y, de una manera sutil, ayudar a recuperar el equilibrio y restablecer el movimiento.